LA DEFENSA BAJOIMPERIAL DEL ESTRECHO DE GIBRALTAR. Por José Hernández Zúñiga.

23.03.2016 06:59

                

                La protección del estrecho de Gibraltar también llamó la atención de los romanos, que durante el Bajo Imperio acometieron una intensa reorganización militar, en la que descollaron los emperadores Diocleciano y Constantino.

                Para afianzar la seguridad de las orillas del estrecho se incorporó la provincia de la Mauritania tingitana a la diócesis de Hispania. Se trataba de cortar el camino a las incursiones de los pueblos norteafricanos que no reconocían la autoridad de Roma y de impedir las maniobras de los piratas germánicos que navegaban por sus aguas.

                A diferencia de lo que aconteció en la península Ibérica, si seguimos a Javier Arce, en la Mauritania tingitana sí se organizó un limes defensivo al Norte del río Lukkos, fundamentalmente, dotado de puntos fuertes cercanos al litoral como Tamuda, Lixus o Rabat para cumplir la función de protección del estrecho enunciada.

                Se estima que las fuerzas de guarnición de esta línea defensiva, los limitanei, consistirían en un ala y siete cohortes bajo el mando directo de un conde, que disponía de sus propios servicios burocráticos y de sus delegados.

                A estas fuerzas de posición se añadió el ejército de maniobra o comitatense. Se desarrolló a partir de Constantino y en el área que nos ocupa comprendió más de una legión, nutrida por soldados procedentes de los territorios septentrionales de las Galias, si atendemos a las evidencias arqueológicas. La protección del estrecho movilizó las fuerzas de todo un imperio.