A 200 AÑOS DE LA EMANCIPACIÓN. La última carga de Ayacucho.

12.11.2014 16:06

         La batalla de Ayacucho fue la que aseguró la independencia de Perú y la independencia del resto de América del Sur de España. La idea de independizarse tenía su raíz en los ideales liberales de la Revolución Francesa, que fueron aceptados por los ricos criollos, y por la independencia de los Estados Unidos. Esta batalla es considerada como el fin de las guerras hispanoamericanas, y tuvo lugar en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824.

Mientras tanto, la situación en la que se encontraba España era pésima, ya que cada vez estaba más cerca de la ruina, y los territorios que poseía en las Américas eran escasos. En 1824 España tan solo poseía el territorio de Perú en la América continental. El Libertador Bolívar había conseguido la independencia de los países andinos del norte de Perú. Desde la convulsa Buenos Aires, el general San Martín había liberado Chile. En Perú dejó finalmente el escenario libre a los hombres de Bolívar.

En la batalla se enfrentaron dos ejércitos. El independentista tenía como comandante al general Antonio José de Sucre, y el ejército realista español a José de la Serna, que se oponía a la independencia de Perú.

Los españoles iniciaron el ataque desde el cerro Condorcunca. La División Peruana de José de la Mar intentó retenerlos con la ayuda de los montoneros de Marcelino Carreño. Finalmente lograron retener a las tropas españolas. Entonces se inició un nuevo ataque realista,  que fue rechazado por la División de José María Córdoba.

Tras divisarlo, el mismo comandante José de la Serna  entró en combate  con sus tropas, pero cayó herido y lo cogieron prisionero. Al contemplarlo  muchos soldados del ejército realista español huyeron, aunque  muchos de ellos fueron recluidos también prisioneros por el ejército independentista.

Se firmó la Capitulación de Ayacucho por parte de los dos mandos, donde se reconocería la independencia de Perú. Tras la firma del pacto,  La Serna fue liberado por los independentistas y embarcó para volver a España, donde se retiró en Cádiz hasta que fallece.

El resultado de la batalla fue la victoria del ejército independentista frente al realista español, que había sufrido unos severos recortes a manos de Fernando VII, rey de un país severamente castigado por la guerra contra Napoleón. Carecían de material idóneo, y los propios soldados no estaban en condiciones físicas favorables para enfrentarse en la batalla en muchos casos. Tenemos que destacar que estos recortes llegaron a ser tan extremistas que los soldados no disponían ni siquiera de calzado en muchos escenarios bélicos.

         Las consecuencias no fueron las mismas para Perú que para España. Perú logró la independencia, al igual que otros países  sudamericanos. La batalla de Ayacucho determinó el final del imperio español en la América continental, reducido a Cuba y Puerto Rico. El erario español se resintió de todo ello, agravando los problemas políticos de la antigua metrópoli.

         Sergio Cuevas Sáez, Paula Fernández Monterde, Sergio Giménez Márquez, Enrique Gómez Claramunt y Elena Olivares Álvarez.