AMOR DE HIEL. Por Ángela Dalmau Moreno.

13.06.2017 10:41

                

Tu carne de pasta

tu carne de agua

tu alma de aire

tu corazón de grava.

Eres la vena que transporta mi sangre de

miel,

mas el tiempo la convierte en hiel.

Eres el invernadero de tu sonrisa

mas soy perra sumisa de tu ser.

Sin alma vago entre tinieblas

y muero por despertar,

y entre aguas turbulentas

nado hacia la orilla que no puedo alcanzar.

No me abandones

soy sumisa de tu ser,

pues no sé caminar entre álamos y robles.

No me abandones

los sauces lloran en otoño

y en la lejanía tú te vas

escondiéndote entre nubes de algodón

que engrisecen mi corazón.

Indigna es mi vida,

no tengo fuerza de voluntad…

de coger mi camino y echar a volar.

Indigna es mi vida,

no tengo fuerza de voluntad…

coger mi camino

y soñar con libertad.

Y aunque tus puños de acero

golpeen mi cuerpo,

yo te sigo queriendo, por amor…

o ¿quizás sea por soledad?

O porque te sigo temiendo.

¡BASTA! ¡BASTA! ¡BASTA!

Lucho contra ti con la fuerza de las valquirias

con espada ardiente

desgarrando tu amor que me desquicia.

No soy tuya.

Soy mía.

No soy paridera de tus vástagos,

sino madre de tus hijos.

Soy golondrina que alza el vuelo hacia la

cima.

Soy mujer que defiendo lo que tú no querías.

Soy grande porque en tu vida

me hiciste pequeñita.

Soy salvaje, no sumisa.

No controlarás las cadenas

con el yugo de tu ira.

No es amor.

No es soledad.

No es temor.

Es libertad…

para amar,

para volar,

para caminar

por los caminos de tu vida.