ANTE EL AÑO NUEVO

02.01.2016 13:25

Termina de concluir el 2015 cuando la crisis económica no parece concluir para muchos en una Europa asediada, una vez más, por la incertidumbre futura.

                A sus puertas llaman miles de seres humanos que intentan escapar por todos los medios de los horrores de los agujeros negros de nuestro mundo, donde toda autoridad benévola es poco menos que imposible. En sus entrañas hiere el terrorismo con desgarradora inquina. Las jóvenes generaciones crecidas al abrigo de los Estados del bienestar social se enfrentan a la dura prueba del ayer. Los titulados universitarios que abandonan la hace años eufórica España son una de sus avanzadas por el misterioso país del futuro.

                En la vieja Europa siempre hay algo que nos recuerda su Historia, incluso cuando todo parece explotar por los aires, como sucedió con la Grecia puesta contra las cuerdas. Se ha retornado al viejo juego de las potencias continentales, en el que la ambiciosa Rusia ha terminado de ponerse de acuerdo con la traumatizada Francia a la vista de una Gran Bretaña que no quiere asumir ciertos compromisos de la UE y de una Alemania errática, que no acierta a ejercer su jefatura en al areópago continental. España una vez más vuelve a contar poco, con Cataluña o sin ella.

                Unos Estados Unidos que miran al Pacífico y que se miran a sí mismos, también a vueltas con su identidad, han preferido más realizar movimientos envolventes diplomáticos que cargar con todo el peso del imperio. Los acuerdos con Cuba e Irán, ciertamente históricos, han alterado los datos de los tableros regionales del mundo. La agudización del aislamiento venezolano y el apoyo saudí encubierto al Estado Islámico se derivan de aquéllos.

                Mientras en el mundo la pobreza prosigue ahogando a demasiados en África y en Asia, entre otros territorios, pese al auge de una industrialización que parece amenazar nuestro equilibrio ecológico. En España hemos registrado uno de los años más cálidos desde que se dispone de documentación seriada y lo que para nosotros puede ser un invierno benigno para otros es la certeza del infierno en la tierra.

                La Historia siempre ha estado conmovida por las alteraciones del clima, los movimientos de población, la incompetencia de los gobiernos, las guerras y la incultura, pero al menos hoy en día los ciudadanos de a pie disponemos de la ciencia ciudadana difundida por la red. El 2016 apunta como un año duro, pero no por ello menos apasionante como aquellos años que se vivieron peligrosamente.

                La redacción de HISTORIARUM.