CRUZADAS EN EL ESTE EUROPEO. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

16.04.2023 15:56

               

                La guerra ha servido para acrecentar la autoridad de un monarca sobre su reino habitualmente. En lucha con los rutenos, Casimiro el Grande, rey de Polonia, obtuvo buen provecho de las cinco cruzadas que emprendió entre 1340 y 1362.

                La alianza entre los lituanos y los mongoles de la Horda de Oro se cernía amenazadora sobre su poder, y el Papado estuvo dispuesto a auxiliarlo declarando sus campañas como cruzadas. Resultaba inquietante la rivalidad entre Polonia y el Sacro Imperio, bajo la dinastía luxemburguesa, para la defensa del flanco oriental de la Cristiandad. Por ello, se apoyó a Casimiro.

                La llamada a la cruzada tuvo una buena acogida entre los caballeros alemanes y húngaros, pero fueron los segundos los que pudieron participar con mayores facilidades. La concesión de diezmos eclesiásticos y la imposición de impuestos contribuyeron a fortalecer el poder de la realeza polaca, mucho más que las campañas militares emprendidas, de detalles poco conocidos.

                Para saber más.

                Stefan Kieniewicz, History of Poland, Nueva York, 1982.