DELICIAS POLÍTICAS. El diputado.

16.11.2014 17:32

 

                “Lo mismo que representante; esto es, cómico.

                “En la comedia política desempeña diferentes papeles. Cuando hace la oposición es el tipo de la legalidad, de la moralidad, del desinterés, del patriotismo; adula al pueblo y anatematiza el poder; chilla mucho contra los impuestos y las coacciones del gobierno, que a sus ojos no hace nunca nada legal, justo y beneficioso. Se publica, por ejemplo, un decreto aumentando los derechos de aduanas en algunas materias de fabricación, malo; con esa medida se ahoga al comercio, se mata a la industria. Si por el contrario, se rebajan en ese decreto los derechos de esas materias, peor. Es un odioso privilegio en beneficio de la industria y en perjuicio de la agricultura.

                “Para el diputado de oposición no hay ministerio posible, si no lo forman él y sus amigos; a fuerza de repetirlo muchas veces logra que le crean y le entreguen el mando. El que chillaba ayer contra los impuestos y coacciones, aumenta hoy la contribución de subsidio y hace denunciar en seguida a los periódicos que critican su primera disposición.

                “El diputado ministerial es el reverso de la medalla. Defiende y prohija con el mayor calor todos los actos del gobierno, único que puede hacer la felicidad del país. Cuando hablan los ministros reclama la atención del Congreso, interrumpiendo algunas veces con sus brazos al orador y exigiendo del presidente llame al orden a los oposicionistas, cuando lo interrumpen con sus murmullos.

                “Por supuesto que es su conciencia política quien le aconseja obrar así y no el sueldo de 50.000 reales que disfruta, como equivocadamente creen algunos; ¡pícaros murmuradores! No saben ellos hasta donde llega la independencia y abnegación de un diputado ministerial con 50.000 rs. de renta.

                “Los hay también llamados de asiento o de adorno; son una especie de máquinas movidas por un resorte en el acto de las votaciones para pronunciar dos letras: o no.

                “Si el diputado de adorno es ministerial, se coloca siempre enfrente de los ministros para que no duden de su conducta, si bien pronuncia el con algo de vergüenza y timidez. Cuando es oposicionista se sienta en los bancos de la izquierda y pronuncia la palabra no con voz campanuda y arrogante.

                “El cargo de diputado, aunque está algo en decadencia, es ambicionado siempre por ser la mejor puerta para entrar tarde o temprano en la turronería política.”

                JUAN RICO Y AMAT, Diccionario de los políticos o verdadero sentido de las voces y frases más usuales entre los mismos, escrito para divertimiento de los que ya lo han sido y enseñanza de los que aun quieren serlo, Madrid, 1855.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.