DIFICULTADES DE LOS JESUITAS EN FILIPINAS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

06.09.2023 10:20

               

                Las Filipinas fueron un puesto avanzado del imperio español en Asia, pero también de la Compañía de Jesús. A sus tareas pastorales, también sumaron las de diplomáticos de los gobernadores del archipiélago (ante el hostil monarca musulmán de Mindanao, por ejemplo) o la de constructores de naos.

                En 1658, las energías de los jesuitas se encontraron muy comprometidas en Filipinas, pues no sólo tenían que evangelizar a sus naturales, sino también a los chinos allí residentes e incluso a los que acudían a comerciar. Por aquel entonces, la Compañía acariciaba la idea de la conversión de la misma China. Así lo hizo ver el procurador general jesuita en la provincia de Filipinas Francisco Vello al Consejo de Indias. Solicitó cuarenta religiosos más con sus criados.

                Las cosas no mejoraron. En 1687 se denunció la falta de jesuitas. Las quejas llegaron en 1700 por la falta de pago de estipendios y sínodos en Filipinas y las Marianas, a despecho de haber catequizado California y otras tierras de la América del Norte.

                En 1701 hubo sentimiento en Filipinas que no llegaran nuevos padres jesuita. La muerte de sesenta religiosos y veinte coadjutores había mermado la mitad de los servidores de la provincia. Un solo sacerdote debía atender a poblaciones muy distantes. En 1703 se propuso al provincial jesuita de México que lo subsanara para el avance de las misiones, solicitándose al menos doce sacerdotes y tres coadjutores.

                Con la guerra de Sucesión por medio, en la que la Corona de Aragón se puso mayoritariamente del lado de Carlos de Austria, las autoridades de la España borbónica consideraron pedir al Papa en 1706 hasta dieciocho religiosos de los dominios hispanos de Italia y Flandes.

                En estas circunstancias, las dos terceras partes de los jesuitas no españoles deberían ser súbditos del rey, al menos. Aprovechándose de las circunstancias de la guerra, jesuitas franceses quisieron pasar en 1708 a China por la ruta de Nueva España, ante el cierre de las armadas al servicio de la causa de Carlos de Austria. Desde finales del siglo XVII, los franceses intentaron fortalecer su posición en Extremo Oriente, algo que preocupó seriamente a los españoles con independencia de su alianza puntual contra los austracistas. La dotación de la provincia filipina no era cosa baladí.

                Fuentes.

                ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL.

                Diversos-colecciones, 27, N. 14.

                ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.

                Filipinas, 81 (N. 48),  83 (N. 82), 94 (N. 30 y 33) y 119 (N. 8).