DILEMAS IMPERIALES: ¿ABASTECIMIENTO O RIGOR? Por Víctor Manuel Galán Tendero.

30.01.2022 11:33

               

                Tras la paz de los Pirineos, la Monarquía hispánica se encontraba agotada y se veía cada vez más relegada en el tablero europeo, donde sus rivales adquirían cada vez mayores ventajas. Holandeses, ingleses y franceses avanzaban sus posiciones comerciales en el imperio español, en detrimento de los intereses de la misma corona.

                La provisión de bacalao era esencial para la alimentación de muchas gentes durante la Cuaresma. Era el verdadero pan del mar. Entre 1665 y 1667, los holandeses libraron con los ingleses una segunda guerra por el predominio naval, llegando los primeros a aventurarse por el Támesis, por lo que los franceses intentaron tomar la delantera en la explotación de los bancos pesqueros de Terranova.

                Los comerciantes de la bretona Saint-Malo se interesaron a fondo en tal negocio, y contaron con la ayuda de los mercaderes franceses establecidos en la ciudad de Alicante, que supieron conectar con la oligarquía local, tradicionalmente pendiente del comercio exterior, a su vez.

                Don Vicente Zaragoza ajustó un acuerdo con los franceses. Arribarían al puerto alicantino cinco buques con bacalao, que pagarían el 10% de derechos.

                Sin embargo, el ventajoso acuerdo de don Vicente pronto suscitó envidias entre sus competidores, y la ruptura de hostilidades con Francia el 24 de mayo de 1667 ayudó a desautorizarlo. No se podía tratar con el enemigo, y el avispado Zaragoza no había comprado el género con su dinero, sino con el de los mismos franceses afincados en la plaza alicantina.

                El asunto se llevó al virrey de Valencia y al Consejo de Aragón, que en noviembre de aquel año emitió una decisión muy práctica. No se podía interrumpir el negocio. Los derechos fiscales de la corona se verían disminuidos, en perjuicio de las donaciones a conventos y limosnas a los pobres del reino de Valencia. Al cesar la llegada de bacalao, la misma Castilla se encontraría falta de tan necesario alimento. En suma, poco había que oponer. Las autoridades del imperio español hacían de la necesidad virtud.

                Fuentes.

                ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

                Consejo de Aragón, legajos 0587, nº 004.