EL ALCANCE HISTÓRICO DE LA TRAGEDIA AUSTRALIANA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

11.01.2020 17:09

                Los incendios queman Australia en el recién nacido 2020. Son visibles desde el espacio y su humareda ha llegado a atravesar amplias distancias del Pacífico. Se han puesto en relación con el cambio climático y plantean la angustiosa cuestión del futuro.

                La actual Australia, con una población de orígenes distintos tras varias vicisitudes históricas, es el resultado de la colonización europea, que desplazó y marginó a las llamadas comunidades aborígenes, de cazadores y recolectores.

                Uno de los principales acompañantes del capitán James Cook, el hombre de ciencia Joseph Banks, recomendó al Parlamento británico la colonización de Nueva Gales del Sur, cuyo clima templado permitiría la adaptación de los productos europeos. Hasta 1830, muchos de los europeos llegados a Australia eran convictos, pero la situación cambió a lo largo del siglo XIX.

                El Suroeste de la isla continente permitió la germinación de un verdadero cinturón triguero. La original flora y fauna locales resultaron alteradas inevitablemente. Se introdujeron especies como la oveja merina hispana, el zorro y el conejo. Una nueva Australia, a la europea, vino al mundo, orgullosa de sí misma. En 1860 la natalidad de sus colonizadores era apreciable y comían carne tres veces al día en 1870. En 1901 se estableció la federación australiana, dentro del Imperio británico, que reconocía el gobierno responsable de los territorios de poblamiento blanco.

                Con todo, los colonizadores no fueron capaces de pronosticar las temibles sequías relacionadas con la Oscilación Meridional de El Niño, pues sus acciones se vieron favorecidas por las condiciones climáticas imperantes entonces en el Pacífico. Se talaron los bosques de eucaliptos azules y los nutrientes naturales edafológicos se redujeron.

                Australia se resistió al Protocolo de Kioto, su barrera coralina se ha visto amenazada y sus principales áreas urbanas han alcanzado un crecimiento notable dentro del territorio. El destino australiano simboliza, con todos los matices, el de la Humanidad enfrentada al cambio climático.

                Bibliografía.

                CROSBY, A. W., Imperialismo ecológico. La expansión biológica de Europa, 900-1900, Barcelona, 1999.

                GALÁN, V. M., El espejismo de Ítaca. La política internacional a inicio del siglo XXI, Madrid, 2008.