EL GRAN COMERCIO INDIO CON LA CHINA MEDIEVAL. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Los musulmanes trataron de conquistar la India tempranamente, a la par que extendieron sus contactos comerciales por muchos países asiáticos. Los mercaderes de distintos Estados indios, de gran experiencia, tomaron parte en tales intercambios. Afluyó hacia la India una importante cantidad de metales preciosos, empleados en la joyería y en la decoración de templos y palacios, aunque no se acuñaran monedas.
Tal afluencia de riqueza incentivó la agricultura, alzándose diques y excavándose pozos. Los gobernantes de Bengala, Sind o del territorio tamil concedieron tierras exentas fiscalmente a los brahmanes que deseaban establecerse. La expansión agrícola alimentó el aumento de aldeas y el comercio más local, que en parte compensó en el Norte de la India el declive de los intercambios a larga distancia. Allí, las corporaciones mercantiles acusaron el golpe, al igual que el jainismo promovido por las mismas.
Por el contrario, las prohibiciones rituales de viajar por las aguas saladas no obstaculizaron las relaciones comerciales bengalíes con los puertos del Sureste Asiático y China desde el siglo VI. Más de un mercader indio se afincó en aquellas tierras tomando a mujeres locales. A impulsos de ello, se extendió el budismo en Java y en Camboya el hinduismo. También se introdujeron las técnicas indias del cultivo del arroz irrigado.
China ya consumía por entonces notables cantidades de especias del Sureste Asiático y la India, además de marfil africano, cristalería de Asia Occidental, hierbas medicinales, incienso o lana. Como las naves chinas no se aventuraban más allá de las Molucas (en parte por razones climáticas), los mercaderes bengalíes alcanzaron una gran relevancia, con notables embarcaciones construidas con madera de teca. Consiguieron importantes fortunas. No en vano las autoridades chinas contemplaron con preocupación la salida de metales preciosos hacia la India en el siglo XIII.
En consonancia con tales movimientos, el número de monjes budistas en la corte china fue elevado a comienzos del siglo XI, alzándose en la comercial Cantón tres templos hindúes. Los comerciantes indios también alcanzaron el Japón, donde introdujeron el algodón. Sin embargo, con el tiempo, los barcos indios cedieron ante los chinos, con capacidad para transportar a seiscientos pasajeros y cuatrocientos soldados en distintas cubiertas, además de utilizar la brújula. De todos modos, la preeminencia en las aguas asiáticas de disputaría entre musulmanes y europeos en el futuro.
Para saber más.
Burjor Avari, Indian. The Ancient Past. A History of the Indian Subcontinent from C. 7000 BCE to CE 1200, Routledge, 2016.

