EL MAL NEGOCIO DE LA ESCUADRA RUSA DE FERNANDO VII. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

15.03.2022 08:51

               

                La Rusia de Alejandro I buscó la alianza de la España de Fernando VII para ganar importancia en Europa tras el congreso de Viena. Con ambiciones en América desde el siglo XVIII, se mostró interesada en el mantenimiento del imperio español allí para contrapesar a su gran rival, Gran Bretaña.

                Tras la guerra de la Independencia, España se enfrentaba a gravísimos problemas. Empeñada en recuperar sus posiciones americanas, carecía de los medios navales necesarios tras el golpe de la batalla de Trafalgar. En lugar de proceder a una reconstrucción de la armada más metódica, el gobierno absolutista de Fernando VII se decantó por adquirir una escuadra a los rusos.

                En el puerto de Reval se congregó una escuadra de cinco navíos de línea de setenta y cuatro cañones cada uno, y de tres fragatas de cuarenta y cuatro piezas de artillería. Solamente las fragatas ya contaban con una tripulación de setecientos hombres. No era poca cosa, ciertamente.

                En 1817 se zarpó hacia Cádiz. Sin embargo, la travesía fue azarosa, ya que las tempestades del Báltico y del mar del Norte le ocasionaron daños. La madera utilizada en su construcción tampoco fue de gran ayuda en las aguas más cálidas.

                Al final de poco sirvieron los buques rusos. Florecieron alrededor de los mismos las acusaciones de incompetencia y venalidad, además del oneroso tema de su pago por España. Las reclamaciones rusas se alargaron hasta 1838, dirigidas tanto a los liberales del Trienio como a los absolutistas de la Década Ominosa. Estos últimos adujeron que Fernando VII calló sobre el mal estado de los buques por benevolente amistad al zar, que no tuvo consideración de los problemas de la monarquía española.

                Lo cierto es que para pagar se echó mano de las 400.000 libras conseguidas de Gran Bretaña, irónicamente, por la firma del tratado de trata de esclavos por España en 1818. Un parche cubría penosamente otro parche de la desvencijada administración española de la época.

                Fuentes.

                ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL.

                Estado, 8029, Expediente 3.