EL PODEROSO EJÉRCITO CASTELLANO. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

01.03.2020 12:38

                La Castilla de la Baja Edad Media se vio inmersa en una serie de disputas políticas que la desgarraron. Sin embargo, la historiografía más reciente está destacando con justicia el enorme esfuerzo que puso en marcha, mucho antes de los Reyes Católicos, en la edificación de un Estado, de una Monarquía, con instituciones cada vez más elaboradas y complejas.

                El disponer de un ejército fuerte implicaba no pocos pasos, desde el hacerse obedecer por los distintos estamentos a contar con los recursos adecuados para su mantenimiento y despliegue. Más allá del recurso ocasional a fuerzas mercenarias de origen forastero, como las de Bertrand du Guesclin, los monarcas castellanos de la casa Trastámara fiaron en sus propios súbditos, especialmente.  

                En las Cortes de Valladolid de 1285 se estableció la obligatoriedad de disponer de equipo completo de caballero a los varones de veinte a sesenta años que tuvieran más de 20.000 maravedíes, correspondiendo tal deber en Andalucía al equipamiento de un jinete.

                Los ordenamientos de lanzas o unidades de combate en Cortes, como las de Guadalajara de 1390, regularon la dotación económica o cuantía por cada una. En consecuencia, se acordó disponer de 4.000 lanzas o unidades de caballería pesada, 1.500 jinetas o ligeras y 1.000 ballesteros, al menos. Con el paso de los años, a estas fuerzas fueron sumándose las de espingarderos y otros.

                La organización militar fue perfilándose con mayor precisión. En 1382 se adoptaron las figuras del condestable y de los mariscales. En la Guardia Real, varios centenares de lanzas eran regidas por capitanes, conformando las capitanías.

                Contra la Granada nazarí se emplearon a veces notables ejércitos. En 1406 se previó contra el sultanato el despliegue de 10.000 hombres de armas, 4.000 jinetes y 50.000 infantes entre lanceros y ballesteros, además de naves. En 1455 se movilizó contra la vega granadina una fuerza estimada de 14.000 caballeros y 80.000 infantes, asaz considerable.

                Concluidas las querellas intestinas, Castilla podría hacer valer su poder en el exterior.

                Bibliografía.

                José María Monsalvo, La construcción del poder real en la Monarquía castellana (siglos XI-XV), Madrid, 2019.