EL RAPTO DE LAS SABINAS. Por Noelia García Hernández.

06.11.2014 16:30

Uno de los episodios más célebres de la tradición histórica romana es el del rapto de las sabinas.

         El gran historiador de comienzos de la Era Cristiana Tito Livio refiere la escasez de mujeres en la Roma recién fundada. Rómulo, su fundador y primer rey, quiso ponerle remedio y tuvo la argucia de realizar unos juegos en honor del dios Neptuno, invitando a participar a los pueblos vecinos. Entre la concurrencia destacaron los sabinos, acompañados de sus mujeres e hijos y conducidos por su rey.

        Empezaron los juegos. A la señal, cada romano raptó a una mujer, expulsando a los varones. Los romanos tranquilizaron a las sabinas proponiéndoles matrimonio, motivo de orgullo para ellas, ya que los romanos eran los predilectos de los dioses. Las mujeres pusieron como condición que ellas gobernarían la casa, y sólo se dedicarían a tejer.

                                    

        Pasados los años, los sabinos atacaron finalmente a los romanos, reducidos a la colina del Capitolio. La romana Tarpeya les abrió sus puertas a cambio de sus brazaletes, pero los sabinos la recompensaron aplastándola con sus pesados escudos. Allí, en la roca Tarpeya, se arrojaría al vacío a los traidores.

        Cuando se iban a enfrentar los dos ejércitos en batalla, las sabinas se interpusieron entre ambos, pues si vencían los romanos, perderían a sus padres y hermanos, y si lo hacían los sabinos a sus maridos e hijos. Las sabinas lograron hacerlos entrar en razón. Se celebró un banquete para festejar la reconciliación y la unión de los dos pueblos. A partir de entonces el rey de Sabinia Tito Tacio y Rómulo formaron una diarquía en Roma hasta la muerte de Tito.