29.05.2021 11:28
El bandolerismo sentó sus reales en gran cantidad de lugares a lo largo de la Historia. Así procedieron las autoridades de la aragonesa Daroca contra los bandoleros en 1384:
“Considerando que muchas personas, cubiertas con máscaras y disfraces, andaban por los caminos y términos de la villa y aldeas de Daroca haciendo aprehensiones, robos y todo género de excesos, establecían y ordenaban que todos éstos y las personas que directa o indirectamente les prestasen ayuda quedaban imposibilitadas de poder prestar fianza de derecho en el acto de ser capturados, siéndoles por el contrario inmediatamente tomadas las oportunas declaraciones.
(…)
“Que toda persona que ocultamente prestara favor a los malhechores, que sea encausado en el acto, aplicándoseles las penas correspondientes.
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“Que si alguno, por temor de los malhechores, no quisiera delatarlos o perseguirlos, en este caso se consideraría al procurador del lugar en que hubiere cometido el crimen como parte agraviada, pudiendo proceder criminalmente contra aquéllos con los mismos derechos que los agraviados.
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“Que estas ordenanzas sean publicadas en cada aldea todos los años, desde el día de Navidad hasta la Circuncisión del siguiente.
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“Y, por último, que dichos malhechores contesten por sí, o por medio de sus abogados, en los interrogatorios, y no puedan salir de la prisión hasta que no se falle la causa.”
Citado por Esteban Sarasa en Sociedad y conflictos sociales en Aragón, siglos XIII-XV. Estructuras de poder y conflictos de clase, Madrid, 1981, pp. 117-118.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.
