FILIPINAS FRENTE AL PODER BRITÁNICO EN LA INDIA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

28.01.2022 12:52

               

                El equilibrio de poder en Europa se vio afectado por el dominio creciente de la India por los británicos, que consiguieron notables ventajas económicas y estratégicas a finales del siglo XVIII, en los tiempos de la Revolución. La todavía imperial España sostenía por entonces una rivalidad muy acusada con Gran Bretaña, lo que le provocó más de un quebradero de cabeza en Asia.

                Aprovechando el acercamiento hispano-británico ante la radicalización de la Revolución, que condujo a la guillotina a Luis XVI, se intentaron entablar relaciones comerciales más pacíficas y seguras entre las Filipinas y la India británica. En 1793, bajo el gobernador alicantino Félix Berenguer de Marquina, se autorizó por tres años a las naves europeas a entrar libremente en el puerto de Manila. La arribada de una nave de Bengala trajo el ofrecimiento de regularizar el comercio con Calcuta, sin necesidad de recurrir al subterfugio de los pasaportes portugueses o franceses. Las Filipinas españolas podrían estrechar sus vínculos con la Bengala británica, pero la situación diplomática y militar volvió a dar un vuelco en los años sucesivos.

                España reanudó su alianza con Francia y su enfrentamiento con Gran Bretaña, que trazó en 1797 planes de ataque a las Filipinas. Con buques apresados a los españoles, los británicos encomendaron al almirante Regnier el mando de una expedición que descargaría contra el archipiélago. Desde Calcuta, zarparía en la primavera de 1797, con una fuerza de siete navíos, cinco fragatas, numerosos barcos menores y 15.000 hombres, de los que 5.000 eran de procedencia europea.

                A bordo de un buque danés llegaron las noticias a Manila, donde la preocupación se apoderó de sus autoridades. Un gran tifón en el mar de China desarboló en abril a la flota española, y al mes siguiente tanto Manila como Cavite adolecían de serias dificultades defensivas. El ataque no descargó finalmente, pero la inquietud no se aminoró entre los españoles de Filipinas.

                Fuentes.

                ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.

                Estado, 45, N. 13 y 41.