FRANCOS CONTRA LOMBARDOS.

28.12.2024 12:31

 

                “Solucionadas así las cosas en Aquitania, terminada esa guerra, y habiendo partido de este mundo también su asociado, llamado por el obispo de la ciudad de Roma, Adriano, y ante sus ruegos y plegarias, emprendió la guerra contra los lombardos.

                “Anteriormente, por cierto, y ante las súplicas del Papa Esteban, también su padre había emprendido esta guerra con gran dificultad, pues algunos de los hombres principales de los francos a quienes solía consultar se habían mostrado a tal punto rebeldes a su voluntad que llegaron a proclamar de viva voz que abandonarían al rey y volverían a sus hogares. Sin embargo, se llevó a cabo la guerra entonces contra el rey Astolfo, y fue concluida con gran celeridad. Pero si, al parecer, Carlos y su padre tuvieran una causa semejante, o más bien la misma, para emprender dicha guerra, no consta que se la llevase a término con esfuerzo y resultado semejantes. Pipino, después de pocos días de asedio en Pavía, obligó al rey Astolfo a entregar rehenes, devolver las plazas fuertes y castillos arrebatados a los romanos y jurar que no volvería a apoderarse de lo devuelto. Carlos, en cambio, después de dar comienzo a la guerra, no cejó de obtener la rendición del rey Desiderio, a quien había quebrantado antes con largo asedio, de obligar a marcharse no sólo del reino sino también de Italia a su hijo Adalgiso, hacia quien parecían inclinarse las esperanzas de todos, de restituir a los romanos todo lo que se les había arrebatado, de someter a Rodgaud, prefecto del ducado de Friul, que intrigaba para rebelarse, de reducir a toda Italia a su poder, y de imponerle como rey a su hijo Pipino.

                “Podría escribir aquí cuán difícil le resultó, al entrar a Italia, la travesía de los Alpes, y con qué gran esfuerzo superaron los francos las cimas inaccesibles de los montes, las peñas que sobresalían elevándose al cielo y los ásperos escollos, si no tuviera en mi ánimo el dejar constancia en esta obra de su modo de vida más que de las guerras que llevó a cabo. Con todo, el fin de esta guerra fue la sumisión de Italia, el exilio perpetuo del rey Desiderio, la expulsión de su hijo Adalgiso, y la restitución del patrimonio arrebatado por los reyes de los lombardos a Adriano, cabeza de la iglesia romana.”

                Eginardo, Vida del emperador Carlomagno, Barcelona, 1986, pp. 35-36.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.