GRAN BRETAÑA SE IMPONE COMERCIALMENTE A CHINA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

23.12.2025 10:20

              

               “Comprobamos que vuestro país dista de China de sesenta a setenta millones de li (unos 0´576 kilómetros). Sin embargo, buques bárbaros se empeñan en venir a comerciar aquí con la intención de hacer grandes beneficios. Las riquezas de China son empleadas en beneficio de los bárbaros. Puede decirse que los grandes beneficios obtenidos por los bárbaros son arrebatados de la parte legítima de China en el comercio. ¿Con qué derecho, pues, utilizan la droga venenosa para perjudicar al pueblo chino? Incluso si los bárbaros no desearan expresamente perjudicarnos, en su extremo afán de ganancias no se preocupan por el daño que causan al prójimo. Nos preguntamos, ¿dónde está vuestra conciencia? Tengo entendido que en vuestro país está muy estrictamente prohibido el uso del opio; ello se debe a que comprendéis claramente el daño que causa. Si no permitís que el opio cause males en vuestro propio país. ¡menos aún debéis exportarlo en detrimento de otros países, en detrimento de China! Entre todos los productos que China exporta al extranjero, no existe uno solo que no sea beneficioso para la gente. Por el contrario, los objetos que entran en China del exterior sólo sirven como juguetes. Podemos adquirirlos o rechazarlos. Dado que China no los necesita, ¿qué impedimento existe para que cerremos las fronteras y cesemos la actividad comercial? Sin embargo, nuestra Corte Celeste permite la exportación ilimitada de té, de seda y de otras mercancías y permite el envío a todas partes de estos productos sin la menor restricción. No existe para ello otra razón que la voluntad de repartir los beneficios con los pueblos del mundo entero.”

               En estos severos términos se dirigió a la reina Victoria el comisionado imperial Lin Zexu en 1839, a punto de iniciarse las hostilidades de la primera guerra del opio (1839-42). Los británicos importaban del imperio chino té, seda y porcelanas, unos productos muy cotizados que no terminaban de enjugar su déficit. El opio les dispensó tal oportunidad, además de rendir notables beneficios a la Compañía Inglesa de las Indias Orientales. Con el triunfo británico en aquella guerra se fue imponiendo la visión librecambista sobre la restrictiva china, con importantes consecuencias comerciales:

Año

Importaciones británicas en millones de libras

Exportaciones británicas en millones de libras

Valor de ambas

% de las exportaciones

1854

9´1

1

10´1

9´9

1860

9´3

5´4

14´7

36´7

1865

11´4

5´3

16´7

31´7

1870

9´9

10

19´9

50´2

1875

18

6´2

24´2

25´6

1880

13

9´5

22´5

42´2

1885

9´6

9´6

19´2

50

1890

6

9´5

15´5

61´2

 

               Las exportaciones de opio terminaron por alterar la balanza comercial a su favor, añadiéndose más tarde los textiles de algodón, relojes o cajas de música. Entre 1854 y 1890 el valor general del comercio creció en un 53´5 por ciento, pero las exportaciones alcanzaron el 850 por ciento de aumento. Sintomáticamente, las importaciones descendieron en un 34 por ciento. El punto de inflexión estuvo entre 1854 y 1860, en el tiempo en el que se libró la segunda guerra del opio. Los intentos chinos de prevalecer en la balanza comercial de 1865-75 no fraguaron, y al final la partida la ganaron los británicos.

               Para saber más.

               Julia Lovell, The Opium War. Drugs, Dreams and the Making of China, Londres, 2011.