HERNÁN CORTÉS EMPRENDE LA CONQUISTA DE MÉXICO.

28.03.2019 15:50

                Hernán Cortés (1485-1547) ha alzado toda clase de pasiones a lo largo de los quinientos años que nos separan de la conquista del imperio azteca. En vida, disputó agriamente con otros españoles en Indias, a la par que contó con importantes partidarios. En el mundo amerindio mesoamericano tuvo notables oponentes y valiosos aliados. Considerado como un ejemplo por el Francisco Pizarro deseoso de emprender la conquista de Perú, la Corona desconfió de él, del ascendiente y poder que alcanzó en la Nueva España, susceptible de desafiarla. Francisco López de Gómara lo ensalzó como el príncipe de los conquistadores y el veterano Bernal Díaz del Castillo quiso rebajar su protagonismo a unos términos menos magnificentes. Acusado de terribles crueldades por fray Bartolomé de las Casas junto a otros conquistadores, ha sido visto como una encarnación de los males de la dominación española en el México contemporáneo. Sus habilidades políticas y militares ya fueron admiradas en el siglo XVI por los caballeros alemanes del séquito de Carlos V y hoy en día distintos autores las han puesto nuevamente de relevancia. Sus cartas de relación a Carlos V, conservadas en un códice de la Biblioteca Imperial de Viena, nos acercan a su manera de conducirse.

                Cuando escribió su primera carta, fechada el 10 de julio de 1519, ya había disputado con su primigenio asociado Diego Velázquez. Su Castilla originaria se encontraba conmovida por distintas tensiones, que terminarían conduciendo a la guerra de las Comunidades. Las concesiones del joven rey Carlos a distintos miembros del círculo de consejeros flamencos también alertaron a los castellanos de Indias, temerosos de verse arrebatados oportunidades y botines, y algunos historiadores han llegado a considerar al mismo Cortés un comunero por su iniciativa audaz. Lo cierto es que en su primera carta se presentó astutamente como un leal servidor de los reyes, en contraste con su rival Diego Velázquez, descrito con tonos mezquinos. Además de un capitán de guerra, Cortés fue un político consumado, que así se expresó:

                “Estando el dicho Diego Velázquez con este enojo del poco oro que le había llevado, teniendo deseo de haber más, acordó, sin lo decir ni hacer saber a los padres gobernadores jerónimos, de hacer una armada veloz de enviar a buscar al dicho capitán Juan de Grijalba, su pariente, y para la hacer a menos costa suya habló con Fernando Cortés, vecino y alcalde de la ciudad de Santiago por vuestras majestades, y díjole que armasen ambos a dos hasta ocho o diez navíos, porque a la sazón el dicho Fernando Cortés tenía mejor aparejo que otra persona alguna de la dicha isla (de Cuba), y que con él se creía que querría venir mucha más gente que con otro cualquiera; y visto el dicho Fernando Cortés lo que Diego Velázquez le decía, movido con celo de servir a vuestras reales altezas, propuso de gastar todo cuanto tenía y hacer aquella armada, casi las dos parte della a su costa, así en navíos como en bastimentos de más, y allende de repartir sus dineros por las personas que habían de ir en la dicha armada, que tenían necesidad para se proveer de cosas necesarias para el viaje; y hecha y ordenada la dicha armada, nombró en nombre de vuestras majestades, el dicho Diego Velázquez, al dicho Fernando Cortés por capitán della, para que viniese a esta tierra a rescatar y hacer lo que Grijalba no había hecho; y todo el concierto de la dicha armada se hizo a voluntad del dicho Diego Velázquez, aunque no puso ni gastó él más de la tercia parte della, según vuestras reales altezas podrán mandar ver por las instrucciones y poder que el dicho Fernando Cortés recibió de Diego Velázquez en nombre de vuestras majestades, las cuales enviamos ahora con estos nuestros procuradores a vuestras altezas. Y sepan vuestras majestades que la mayor parte de la dicha tercia parte que el dicho Diego Velázquez gastó en hacer la dicha armada fue emplear sus dineros en vinos y en ropas y en otras cosas de poco valor, para nos lo vender acá en mucha más cantidad de lo que a él le costó; por maneras que podemos decir que entre nosotros los españoles, vasallos de vuestras reales altezas, ha hecho Diego Velázquez su rescate y granjea de sus dineros, cobrándolos muy bien.

                “Acabado de hacer la dicha armada se partió de la dicha isla Fernandina (Cuba) el dicho capitán de vuestras reales altezas. Fernando Cortés, para seguir su viaje con diez carabelas y cuatrocientos hombres de guerra, entre los cuales vinieron muchos caballeros y fidalgos y diez y seis de caballo, y prosiguiendo el viaje, a la primera tierra que llegaron fue la isla de Cozumel, que ahora se dice de Santa Cruz”

                Fuentes.

                Hernán Cortés, CARTAS DE LA CONQUISTA DE MÉXICO, Madrid, 1985. Carta primera enviada a la reina doña Juana y al emperador Carlos V, su hijo, por la justicia y regimiento de la Rica Villa de la Veracruz, a 10 de julio de 1519, pp. 26-27.

                Víctor Manuel Galán Tendero.