IRLANDA Y LA CONQUISTA DE CROMWELL.

17.03.2021 11:25

               

                “En Irlanda todos los partidarios del Papa y los del rey –no puedo decir todos los papistas, pero sí la mayor parte de ellos- están fuertemente coaligados contra vosotros… Si no nos esforzamos en actuar según nuestros intereses allí y ahora, no sólo podríamos ver cómo nuestros intereses allí son aniquilados, sino cómo en un breve espacio de tiempo envían tropas para invadir a Inglaterra, y ponernos en dificultades aquí… Antes preferiría ser derrotado por los intereses de la caballería que por los de los escoceses, y mejor por los escoceses que por los irlandeses. Pienso que ellos son los más peligrosos. Si ellos, famosos en toda la tierra por su barbarie, gobernaran sobre nosotros, nos convertirían en el pueblo más desgraciado de la tierra.”

                Al Consejo de Estado, 23 de marzo de 1649.

                “En las últimas grandes operaciones en Irlanda ha estado con nosotros una presencia divina… El contento que nos corresponde a nosotros, que hemos sido utilizados como instrumentos en esta obra, es que hemos realizado la obra de nuestro Dios, que nos ha acompañado con su presencia y nos ha bendecido… Encontramos al pueblo muy ansioso de la Palabra y de unirse a las reuniones cristianas; y es falso el prejuicio muy extendido de que el pobre pueblo de Inglaterra resulta extraño a sus espíritus… Sir, parece que se nos presenta una gran oportunidad para edificar, hasta que el Parlamento determine otra cosa, un modo de hacer justicia a ese pobre pueblo, que ha estado sometido a tan gran injusticia, tiranía y opresión por parte de los terratenientes, de los grandes y de aquellos que podrían haberles hecho justicia, como, creo, ningún otro pueblo en la cristiandad… Sir, si aquí se administra la justicia libre e imparcialmente, la oscuridad y corrupción precedentes podría hacerla parecer mucho más gloriosa y hermosa, y atraer muchos corazones después de esto.”

                A sir John Sadler, 31 de diciembre de 1649.

                “¿Pretendía este objetivo (el de colonizar Irlanda) el ejército inglés, tal y como pretendéis? No y puedo daros una razón mucho mejor que ésta para la presencia del ejército. Inglaterra ya ha recibido en otras ocasiones la bendición de Dios por seguir causas justas y rectas, sin importar cuál fuera el coste o el riesgo. Y si en el mundo los hombres siempre se han sentido atraídos por las causas justas, será difícil que apoye una causa de este tipo. Vamos a hacer recuento de cuánta sangre inocente se ha derramado y a decirles cuánta ha sido (por la bendición y presencia del Altísimo, en quien únicamente tenemos puesta nuestra esperanza y nuestra fuerza) a aquellos que intentan justificar eso mismo con la fuerza de las armas. Vamos a quebrar el poder de un puñado de rebeldes sin ley, que habiendo rechazado la autoridad de Inglaterra, viven como enemigos de la humanidad, cuyos principios son destruir y sojuzgar a todos los hombres que no comulguen con ellos. Vamos (con la ayuda de Dios) a poner de manifiesto el brillo y la gloria de la libertad inglesa en una nación sobre la que tenemos un indudable derecho para hacerlo. Si el pueblo de Irlanda abandona las armas, podrá disfrutar de los mismos derechos, libertades y fortuna que gozan los ingleses.”

                Declaración del Lord General de Inglaterra, enero de 1650.

                David L. Smith, Oliver Cromwell. Política y religión en la revolución inglesa, 1640-1658, Madrid, 1999, pp. 104-106.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.