LA BASE GEOGRÁFICA DE LA HISTORIA. Por Celia Varea Villanueva.

08.09.2014 16:26

 

                La geografía es la ciencia que describe la Tierra e interpreta sus distintos fenómenos sin desdeñar el impacto ejercido por la acción humana. Tales saberes ya se remontan a culturas más antiguas que la griega, que acuñó la expresión felizmente.

                Tradicionalmente la geografía se divide en dos grandes ramas, la física y la humana. Desde una óptica muy elemental se pueden presentar casi por completo desvinculadas, casi cada una por su lado. El estudio de las montañas, los ríos, los lagos, etc. poco tendrían que ver con los de la población o las actividades económicas. Sin embargo, los fenómenos humanos se ubican en un territorio, que adquiere una gran importancia a la hora de explicar el éxito o el fracaso. Los egipcios no hubieran sido capaces de alzar sus pirámides sin haber controlado con inteligencia las formidables crecidas del Nilo, ni los navegantes fenicios extender su comercio sin su dominio de las rutas del mar Mediterráneo. Por el contrario el declinar de la civilización maya se atribuye a no poder frenar el desarrollo del medio selvático centroamericano. Siglos atrás la cultura minoica, la del laberinto del Minotauro, fue castigada con ruda severidad por los terremotos.

                Hoy en día la Humanidad dispone de la capacidad de destruir la naturaleza planetaria de forma irreversible por medio de las armas nucleares, y la geografía parece empequeñecerse en la era de internet. No siempre ha sido así. Hace unos 22.000 años la realidad física de la geografía se imponía sobre la humana, y los grupos de cazadores-recolectores se sentían cohibidos ante el estruendo de la tempestad. Se llegó a divinizar a los árboles, a los que se rendía un sentido culto, que de manera muy indirecta ha llegado a nuestras celebraciones navideñas.

                A mediados del siglo XVIII los humanos ya se habían convertido desde hacía siglos en consumados labradores y diestros constructores de ciudades en espacios terrestres muy dispares. Sus naves surcaban casi todos los océanos y acrecentaban el comercio a la par que reducían las dimensiones imaginarias del mundo. Entonces empezaron la aventura de la industrialización, mucho más invasiva del medio ambiente. La minería profundizó con fuerza en las entrañas de la tierra y los combustibles fósiles se esparcieron crecientemente por la atmósfera. Hoy contemplamos muchos ríos contaminados y muchos países ennegrecidos, y el movimiento ecologista deplora la destrucción de gran parte de nuestro patrimonio natural.

                En el fondo la Historia es el paso de la geografía más física a la más humana o antropizada, con todas sus virtudes y defectos. Conscientes de ello, los historiadores han adoptado en el último siglo los métodos de trabajo de la geografía, y los geógrafos no han descuidado la vertiente histórica. Las utilidades del diálogo interdisciplinar han sido notables en la centuria de la geohistoria de Braudel.