LA COLONIZACIÓN VIKINGA DE LOS ARCHIPIÉLAGOS ESCOCESES. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Los vikingos fueron los escandinavos que entre los siglos VIII y XI acometieron empresas de conquista y colonización, sin desdeñar ni un ápice el comercio. Consumados navegantes, su experiencia náutica se remontaba a la Edad del Bronce.
Las poblaciones de Noruega, del camino del Norte, se comunicaban mejor entre sí por mar, dados los obstáculos que la nieve y el hielo imponían en los pasos montañosos. Agricultores y ganaderos, sus terrazgos les resultaron insuficientes en el siglo VIII, coincidiendo con la afirmación de jefaturas guerreras entre los escandinavos.
A apenas cuatrocientos kilómetros hacia el Oeste, los noruegos podían navegar a las islas Shetland en menos de dos días, con condiciones favorables. El archipiélago les ofrecía terrenos de turberas y de pastos duros, muy similares a los noruegos, pero también la posibilidad de viajar a las Orcadas, a cien kilómetros hacia el Mediodía. En dirección Suroeste podían dirigirse desde allí a la costa de Escocia y al archipiélago de las Hébridas.
Los escandinavos ya las habían frecuentado como navegantes y comerciantes antes del siglo VIII, como acreditan los peines que les adquirieron los aristócratas pictos de las Orcadas. Aisladas insularmente, las comunidades pictas no fueron capaces de resistir la conquista y colonización de los noruegos. Los que no fueron aniquilados, esclavizados o expatriados se convirtieron en servidores de los nuevos amos, que trasladaron a las islas sus usos agrarios. Sintomáticamente, no se han conservado allí topónimos de los pictos, cuyos poblados no prolongaron su existencia más allá del año 800.
Los recientes estudios de ADN han confirmado la importancia de la colonización noruega. El análisis del cromosoma Y de la población masculina, transmitido por línea masculina de padre a hijo, acredita que el 44 por ciento de los varones de las Shetland y el 33 por ciento de las Orcadas tienen el marcador genético distintivo del alotipo M17, al igual que la mayoría de los hombres noruegos y suecos. Como las mismas proporciones se han observado en el ADN mitocondrial trasmitido por línea femenina, se ha concluido que muchos vikingos noruegos llegaron como grupos familiares.
Tal patrón no se observa en las islas Hébridas, donde sólo el 25 de la población masculina y el 10 por ciento de la femenina descienden de los noruegos. Más de un recién llegado tomaría una esposa gaélica, lo que posibilitó la asimilación de los escandinavos por los gaélicos, origen de los Gall-Gaedhi o los gaélicos extranjeros. Entre los vikingos, serían los primeros en abrazar el cristianismo, ejemplificando la complejidad de la colonización de los hombres del Norte.
Para saber más.
John Haywood, Los hombres del Norte. La saga vikinga (793-1241), Barcelona, 2016.
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