LA FORMACIÓN DE LAS FLOTAS DE LA CARRERA DE INDIAS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

04.10.2017 11:49

                

                Las vitales comunicaciones entre España y sus dominios americanos preocuparon sobremanera a la monarquía, atenta a los beneficios económicos que podía lograr a través del quinto real y de los impuestos a los particulares. La amenaza de los enemigos se conjugó con el deseo de mantener la fiscalización para crear el sistema de flotas, que intentó garantizar el monopolio de la Corona española sobre el comercio indiano.

                Ya en tiempos de Carlos V se denunció la venta de viejos navíos del comercio con Levante para las operaciones mercantiles con América. El 9 de septiembre de 1554 se exigieron embarcaciones en buen estado para ello. 

                El paso definitivo se dio más tarde, cuando se configuró definitivamente el sistema de flotas de la Carrera de Indias, que perviviría hasta bien entrado el siglo XVIII. El 16 de julio de 1561 se promulgaron ordenanzas para el aumento, conservación y seguridad del comercio y navegación de las Indias.

                Cada año se formaron en el río de la ciudad de Sevilla y en los puertos de Cádiz y de Sanlúcar de Barrameda dos flotas (la de Nueva España y la de Tierra Firme), protegidas por la Armada Real.  Se compusieron de naos mercantes y de guerra, seleccionadas y tasadas por el Consejo de Indias. El comando de cada flota se confió a un capitán general y un almirante. Un gobernador del tercio de infantería se añadió al mando de la Armada. Se diferenciaron naves almirantas y capitanas en cada flota.

                Se instó el 17 de marzo de 1587 a conseguir para la Carrera de Indias naves de un mínimo de 300 toneladas, fuertes y veleras. El 16 de junio de 1593 se vedaron los navíos construidos en el reino de Sevilla, algo que más tarde se modificaría.

                El Consejo de Indias quiso evitar ciertos fraudes a la hora de formar las flotas y el 16 de enero de 1604 se prohibió que el presidente y los jueces de la Casa de la Contratación publicaran las mismas o eligieran almirantas y capitanas.

                La consecución de naves adecuadas para la Carrera no fue sencilla. El 19 de marzo de 1609 se dio preferencia por las del registro o sueltas sobre los de Canarias u otros puntos. El 25 de septiembre de 1613 los constructores pudieron disponer de la tercera parte del tonelaje de las naves para su carga comercial. Las naves construidas en la bahía de Cádiz fueron admitidas en la Carrera en agosto de 1614 y en noviembre de 1629 la de los armadores de La Habana. Con independencia de las dificultades, España consiguió mantener el sistema de flotas durante décadas.