LA PIMIENTA CONQUISTA EL IMPERIO ROMANO. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Las conquistas de Alejandro Magno tuvieron consecuencias importantísimas para la Historia de Eurasia, pues la creación de los Estados helenísticos alentó el comercio entre Oriente y Occidente. El impulso mercantil también alcanzó el mundo indostánico, cuyos productos llegaron a tierras del Mediterráneo Occidental. Los romanos pudieron disfrutar así del consumo de la cotizada pimienta.
Del 30 antes de Jesucristo data la primera referencia conocida de la pimienta negra en la dieta romana. Su consumo era elitista, y concitaba la ganancia de bastante dinero. Los romanos la compraban con metales preciosos, concretamente con oro, según se desprende de las obras tamiles de inicios del siglo primero de Nuestra Era. Las bodegas de la nave romana Hermapollon se llenaron así en sus dos terceras partes. La literatura latina coetánea, en obras como el Satiricón, se hicieron buen eco de su uso en los medios adinerados, especialmente de la pimienta larga. La negra se generalizó más en el resto de los grupos sociales.
La pimienta conquistó el imperio romano, y en el siglo V la obra De re culinaria la refleja en las tres cuartas partes de sus recetas. De su valor da idea que los ciudadanos de Roma intentaran liberarse en el 408 de la amenaza de los visigodos pagándoles, entre otras cosas de extraordinario valor, unas tres mil libras de pimienta, que valía su peso en oro.
Para saber más.
Mijaíl Rostóvtsev, Historia social y económica del Imperio Romano, 2 vols., Madrid, 1962.