LA SALAMINA COREANA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

14.01.2015 06:51

                

                El 25 de mayo de 1592, el año del Dragón, el caudillo japonés Toyotomi Hidekoshi desembarcó en la coreana Pusan al frente de una fuerza de 160.000 samuráis, avanzando hasta Seúl. Quería subyugar Corea, al igual que otras tierras asiáticas.

                Las autoridades coreanas escaparon a Pyongyang mientras en la ciudad se desataron fuertes alborotos. Los nipones la tomaron y derrotaron a los coreanos en el río Imjin, avanzando hasta el Yalu, la frontera con China. La victoria parecía segura.

                Sin embargo, Hidekoshi no había tenido en cuenta a la armada coreana. El almirante coreano Yi disponía de sólidos tipos de naves, como el panokseon y el kobukson.

                La primera era una nave de borda alta de unos 21 metros de media con una cubierta inferior para los remeros y otra superior para los guerreros. Disponía de un castillo de proa para el comandante y de un tejado protector en la borda contra el fuego enemigo y los abordajes. Sus velas eran empleadas fundamentalmente en altura. Albergaba una tripulación de unos 125 hombres.

                La segunda o nave tortuga de quilla plana también contaba con la borda alta cubierta, erizada de puntas y con cubiertas y laterales reforzados con hierro. En la proa con cabeza de dragón se colocaba un cañón, y en cada lado doce piezas de artillería. El lanzamiento de grandes flechas completaba sobremanera el poder ofensivo de estas unidades navales.

                El almirante Yi atacó por sorpresa a los buques de transporte japoneses anclados cerca de la isla de Koje, hundiendo veintiséis naves adversarias. Al anochecer de aquella jornada destruyó un pequeño escuadrón nipón. A la mañana siguiente los coreanos volvieron a derrotar entre las islas de Tsushima y Pusan a los japoneses.

                En un momento en que las autoridades coreanas solicitaban la ayuda china contra los invasores japoneses, Yi cargó contra sus fortificaciones costeras en SaChon simulando una retirada.

                Las contundentes acciones navales coreanas minaron el aprovisionamiento de Hidekoshi, que ordenó a su almirante Wakizaka Yasuharu a que atacara a Yi. Sin esperar a todas las naves disponibles se situó en la isla de Hansando.

                Tanto japoneses como coreanos disponían de naves pesadas, pero el genio táctico de Yi fingiendo nuevamente una retirada le proporcionó un resonante éxito el 14 de agosto de 1592. Hidekoshi tuvo que soltar finalmente su presa coreana, lo que no evitó que el esforzado Yi terminara en desgracia. La dominación nipona de Corea no llegaría hasta 1905.