LAS RELACIONES FEUDALES EN LA ITALIA BIZANTINA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Hacia el año 1000 los bizantinos todavía dominaban importantes territorios del Sur de Italia. Durante la Alta Edad Media, las ciudades italianas mantuvieron su importancia, pues los grandes aristócratas mantuvieron allí a sus grupos de seguidores. Tal circunstancia se evidenció especialmente en las urbes de Calabria, Apulia y Campania, donde los servidores de la administración imperial y los altos eclesiásticos establecieron su sede y su residencia. Algunos de estos poderosos procedieron de otras tierras del imperio bizantino, pero con el paso del tiempo se mostraron capaces de acumular importantes terrazgos y propiedades. La debilidad del gobierno imperial los favoreció.
Los poderosos se aprovecharon de instituciones legales romanas como la provisio, por la que el emperador entregaba tierras, rentas y labradores a cambio de su fidelidad. En Apulia, a diferencia de Calabria, algunos padres pudieron transmitir a sus hijos los bienes con la obligación de combatir en el ejército de la demarcación militar, el thêma. Los lombardos, que dominaron territorios como los de Cosenza, también contribuyeron a tal evolución, hasta tal punto que la encomendación se había extendido en los dominios italianos de Bizancio antes de la conquista normanda. Los aristócratas gozaron, en consecuencia, de exenciones tributarias y del ejercicio de la justicia, a veces según las leyes lombardas. Además, pudieron agrupar a los extranjeros para acrecentar su número de campesinos sometidos, algo que los señores normandos retomaron posteriormente al ceder los vagabundos a sus fieles o a la Iglesia como encomendados.
Sin embargo, el sistema feudal presentó peculiaridades en el Sur de Italia frente al del Norte de Francia. El señor acostumbró a residir en una ciudad. Los servicios militares no resultaron ser tan regulares. Las normas del Derecho Romano rigieron una parte importante de los bienes raíces. La propiedad de los terrazgos, con límites bien establecidos, mantuvo un fuerte carácter individual. Los contratos matrimoniales, las dote y los testamentos fueron respetados oficialmente. El sistema feudal tuvo una realidad poliédrica.
Para saber más.
Chris Wickham, Early Medieval Italy: Central Power and Local Society, 400-1000, Totowa, 1981.

