LOS JÁZAROS Y LOS RUS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

27.03.2022 12:19

               

                Entre el 839 y el 1043, los vikingos procedentes de la actual Suecia se fueron uniendo con los eslavos de la Europa Oriental, convirtiéndose en los rus. Al igual que sus parientes daneses y noruegos, destacaron por sus habilidades como navegantes y guerreros. Sus expediciones militares, algunas ciertamente importantes, alcanzaron una gran fama entre sus coetáneos.

                Las riquezas de las tierras bizantinas y musulmanas los tentaron con frecuencia. Sin embargo, tuvieron que atravesar los dominios en el bajo Volga de los jázaros, los poderosos señores de las estepas que llegaron a abrazar el judaísmo. Uno de ellos llegó a vanagloriarse que solo él les impedía que arrasaran toda la tierra de los musulmanes hasta Bagdad.

                Los rus supieron ganarse a los jázaros, que por otra parte conocían bien su poder y su carácter emprendedor. Se avinieron los intrépidos navegantes a pagarles un peaje del diez por ciento del valor de sus mercancías. Aunque no siempre las cosas discurrieron por los caminos de la paz.

                En el 913 una flota de quinientas naves de los rus atacó a los musulmanes de la ribera del Caspio. Accedieron por las puertas del mar Negro y del de Azov hasta alcanzar sus objetivos. Los desprevenidos habitantes del Caspio quedaron conmocionados, y los rus tuvieron entonces la cautela de entregar la mitad de su botín a los jázaros.

                Más tarde, en el 943, llegaron a Azerbaiyán a través del río Kura. Atacaron la ciudad musulmana de Berda, a la que intentaron convertir en tributaria. Sus habitantes se negaron y la violencia se desató. La propagación de la disentería obligó a huir a los invasores, cuyas tumbas fueron despojadas de las armas depositadas por los agredidos islamitas.

                En el 965 las cosas fueron más lejos. El osado Sviatoslav atacó la jázara Itil, en la desembocadura del Volga. Arrasaron sus vides, según refirieron autores musulmanes. Todo un símbolo de la imposibilidad de los jázaros de pararles los pies a los inquietos rus.

                Para saber más.

                F. Donald Logan, Los vikingos en la Historia, México, 2014.