LOS MONGOLES INVADEN EUROPA ORIENTAL. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

25.04.2023 15:28

               

                A comienzos del siglo XIII, el poder de los mongoles se hizo sentir en el Viejo Mundo contundentemente. Atacaron a los búlgaros del Volga y a los príncipes de Moscú en 1237. Tras nueve días de asedio, Kiev cayó en sus manos un 6 de diciembre de 1240, escapando su gran duque al reino de Hungría.

                La propia Hungría se encontraba en su punto de mira. Se encontraba regida por el autoritario Béla IV, que había dado refugio a los cumanos, con disgusto de una descontenta nobleza. Los mongoles diseñaron una vasta campaña, que incluyó atacar el flanco de Polonia por Baidar Kan, primo de Batú Kan.

                El 28 de marzo de 1241, las fuerzas mongolas tomaron Cracovia. Las tropas de la nobleza polaca fueron vencidas, mientras la alarma cundía por los territorios vecinos, como el ducado de Silesia y el reino de Bohemia. Las disputas entre el emperador Federico II y el papa Gregorio IX no fueron de ayuda, precisamente.

                Unos 10.000 mongoles, a las órdenes de Baidar Kan, se propusieron alcanzar la línea del Oder. Enrique II de Silesia quiso detenerlos con 4.000 guerreros y una modesta ayuda de los templarios, hospitalarios y teutónicos. Formó su infantería con los vecinos de Liegnitz (la actual Legnica) y los mineros de Goldberg. Avanzaba desde el Sur el ejército de 5.000 hombres de su cuñado el rey Wenceslao I de Bohemia, pero Enrique II no se unió al mismo para frenar el avance mongol hacia el Oder.

                El 9 de abril combatió a los mongoles al Sureste de Liegnitz, en la colina entre ríos de Wahlsatt. Dispuso en primera línea a su infantería, flanqueada por caballeros polacos y de las órdenes militares. En la segunda, desplegó a los caballeros silesianos, reforzados por algunos bohemios y alemanes. Atacó a la vanguardia mongola, que oportunamente se retiró para luego volver a lanzarse con fiereza al ataque, disparando sus flechas.La derrota fue enorme, y entre los nobles sólo consiguió salvar su vida el duque de Babenberg Federico.

                Sin embargo, los mongoles no pudieron conquistar Liegnitz y marcharon hacia Hungría. Se adentraron por el Norte para reunirse en Pest con Batú Kan. Entonces, Wenceslao I retrocedió hacia las comarcas montañosas de Bohemia, reuniendo las fuerzas de Turingia y Sajonia. Consiguió vencer a los mongoles en el paso de Klodzko, que tomaron el camino de Hungría. Allí se reunieron todas sus fuerzas tras su victoria en Mohi el 11 de abril.

                En el verano de 1241, los mongoles consolidaron sus posiciones en Hungría, sin cruzar de momento el Danubio. La congelación del río a fines de diciembre facilitó su paso al Oeste del reino. Béla IV fue perseguido hasta el Adriático por Biadar Kan con una parte de las fuerzas mongolas. El monarca húngaro se refugió en una isla dálmata cercana a Trogir.  Asimismo, las avanzadas mongolas enfilaron hacia Viena.

                Los asedios de ciudades del Oeste húngaro, con todo, no fueron favorables a las armas mongolas, y en marzo de 1242 el ejército se reunió para marchar hacia el Este a través de Bulgaria y el mar Negro. Habitualmente se ha sostenido que al morir Ogodei Kan, Subotai decidió regresar a karakorum para tomar parte en la sucesión del imperio, aunque también se han barajado las dificultades de suministro en la gran llanura húngara más recientemente.

                El ataque mongol fue ciertamente impactante, y la Crónica real de Colonia de 1241 lo consideró una verdadera calamidad, de la que la Europa cristiana pareció salvarse milagrosamente.

                Para saber más.

                Thomas T. Alisen, Culture and conquest in Mongol Eurasia, Cambridge, 2004.