LOS ORÍGENES MÍTICOS DE LA IRLANDA CELTA. Por James Really.

11.09.2017 11:34

                

                Los mitos son mucho más que cuentos entretenidos relatados en las noches de invierno al lado del fuego. A su modo, con su lenguaje fabuloso y fantásticos personajes, explican el origen de la creación y de las cosas humanas. Los celtas, como otros pueblos de la Antigüedad, desarrollaron su propia mitología. Territorio en el que su cultura se mantuvo más que en otros, Irlanda nos regala algunos mitos fundacionales, que conocemos a través de la tradición medieval.

                Los celtas se enfrentaron a la inmensidad del Atlántico y cuentan los relatos que desde el lejano Oeste el caudillo Partholon lo atravesó hasta llegar a Irlanda, una isla entonces vacía. Lo acompañaba su esposa Dealgnaid, además de una comitiva de guerreros con sus mujeres. La idea de un héroe fundador que dirige la ocupación de un territorio a colonizar también se encuentra entre los celtas.

                Irlanda tenía entonces, según las leyendas, tres lagos, nueve ríos y una planicie. Los recién llegados modificaron este paisaje y erigieron hasta cuatro llanuras y siete lagos, que a veces sirvieron como tumbas de personalidades magníficas, según la tradición. Además, el nuevo príncipe de Irlanda construyó una casa de banquetes y mostró la fermentación de la cerveza, todo ello de gran importancia en la sociabilidad palaciega del mundo celta. Se establecieron las primeras normas legales.

                La estirpe de Partholon se enfrentó por el dominio con los fomorianos o fomoré, gigantes monstruosos que la tradición medieval asoció a los diablos, con poderes sobrenaturales. Periódicamente, intentaron hacerse con el señorío de Irlanda.

                Según ciertas versiones, los de Partholon fueron aniquilados por una epidemia. En el viejo llano los últimos de ellos incineraron los cuerpos de los difuntos. Otras sostuvieron que de los mismos solo sobrevivió Tuan Mac Cairill, brote de la nueva Irlanda celta según unos relatos esenciales para entender toda una civilización.