LOS PROBLEMAS NACIONALES E INTERNACIONALES DESDE LA DOCUMENTACIÓN MUNICIPAL DE LOS PUEBLOS. Por Mª. Carmen Martínez Hernández.

27.10.2015 16:31

1.      Mediatización político-institucional de la documentación local.

    Los archivos municipales contienen documentos que han sido generados por el propio ayuntamiento, pero también hay otros que procede de las diferentes instancias territoriales y centrales en las que se articula el poder público. Es más, los documentos que generan los propios órganos municipales están encuadrados en su elaboración en un contexto jurídico legal más amplio y condicionados por unas decisiones que se toman a otros niveles superiores del Estado. Si para la archivística es necesario conocer la procedencia de la documentación que se encuentra en los archivos locales, para la investigación es conveniente poner de relieve que la genuina documentación municipal elaborada in situ está mediatizada por el poder estatal hasta tal punto que los vaivenes institucionales y orientaciones políticas se reflejan pormenorizadamente en aquella documentación.

    En la configuración del Estado moderno hay una “estructura”, que hace referencia a los órganos y personas de un determinado sistema político, y una “dinámica” referida a la actuación del sistema político sobre la sociedad. Ambas constituyen una única realidad de la organización política de una comunidad, cuyos problemas se resuelven o empeoran por la correcta o incorrecta actuación de los poderes públicos. Mi propósito se reduce a dar unas pinceladas sobre cómo la estructura y dinámica política del Estado se reflejan en la documentación que guardan los archivos municipales. Al menos así lo constaté tras una mirada global a los inventarios de los archivos municipales de la provincia de Córdoba, que conservan su documentación municipal desde el siglo XV y que, a grandes líneas, nos traducen que cada uno de ellos es un pequeño reflejo de la estructura y de la dinámica del Estado en sus diferentes épocas.

    Podemos perfilar tres grandes líneas temáticas en cuanto a esa interrelación: las reformas y el cambio de sistema político en la España de los siglos XVIII-XX, los graves problemas como el hambre, la peste y las cuestiones sociales, y la incidencia local de los problemas internacionales en los siglos de la modernidad.

    

    2. Reformas y cambios políticos.

    En el siglo XVIII, los Borbones introdujeron una serie de reformas en la estructura del Estado (órganos y personal) que posibilitaron una decidida acción política en tres frentes básicos: el reforzamiento de la uniformidad jurídico-legal con el fin de lograr una mayor centralización, la implantación de un racional sistema fiscal que sustituyen una serie de gravámenes obsoletos de dudable rendimiento económico y, finalmente, el ataque a la Iglesia, tanto en su dimensión educadora como en la económica, a través de una política regalista sin contemplaciones. Esta triple problemática inunda los archivos locales de una documentación ad hoc y que ejemplifican respectivamente la "Nueva Recopilación", el "Catastro de la Ensenada",y los "Concordatos de1737 y 1753", tan omnipresentes en los archivos locales.

    En el XIX los repetitivos sobresaltos revolucionarios, seguidos por periodos más o menos largos de involución política dejaron una enorme e indeleble huella documental. Aunque el poder señorial, como delegación jurisdiccional de la única soberanía del monarca en el Antiguo Régimen, ya sufrió en el XVIII serios embates tanto por parte del poder central como de sus respectivos vasallos, fue a principios del siglo XIX con la revolución gaditana, cuando al generalizarse los "Ayuntamientos constitucionales" desaparece definitivamente la administración señorial. Otros momentos históricos, como fue el del Trienio liberal (1820-23) dejaron constancia documental de su pleamar revolucionaria cambiando la vieja estructura de la propiedad con repartos de tierra y ventas de bienes de propios. A las efímeras cimas innovadoras suceden largas etapas conservadores que; amén de una documentación testificadora del tradicional marchamo político, dejan una serie de mojones lingüísticos indicadores de tal política y cuyas palabras claves serían las de "liberales" para el XIX y “rojos y marxistas” para el XX. Las depuraciones que se llevaron a cabo, en nombre de las correspondientes ideologías constan nominalmente en los archivos locales.

    3. Los graves problemas nacionales: el hambre, la peste, las cuestiones sociales.

    Si la estructura del Estado refleja los intereses de los grupos sociales dominantes -nobleza, burguesía, partidos políticos-, la dinámica política traduce las grandes preocupaciones del poder público que se centran primordialmente en los abastecimientos, en la lucha contra las pestes y epidemias y en el orden público.

    Las crisis de subsistencia fueron un azote constante de las poblaciones urbana y rural hasta el siglo XX. El marcado carácter agrícola del sistema productivo español hacía depender el avituallamiento diario de la población de las cosechas periódicas. Pero la frecuencia de las malas cosechas llevaba consigo el desabastecimiento, la carestía, el hambre. Esto que sobresaltaba a los habitantes con sus motines, obligaba a los poderes públicos a prever estas calamitosas situaciones por medio de una serie de instrumentos. Uno de ellos, si no el mas eficaz, al menos el más permanente en el tiempo, fue el “Pósito”, cuya actuación institucional, económica y social ha quedado reflejada en largas series documentales.

    Concomitante o no con el hambre, sobrevinieron sobre una población mal nutrida primero pestes (siglo XVI-XVII) y después epidemias como el cólera o la tuberculosis a partir del XVIII. La lucha contra estos azotes endémicos, así como los endebles balbuceos para dotar de servicios sanitarios mínimos al municipio ha sido una constante de las autoridades municipales.

    Finalmente; el orden público, tomado aquí en un sentido muy amplio, entraba de lleno en el horizonte profesional de "justicias" y "alguaciles". Una ingente documentación judicial nos pone de relieve dos cuestiones sociales fundamentales: el esquema de valores, inducidos a través de las causas civiles y criminales, y las costumbres sociales (juegos, fiestas, amancebamiento)

    Una tercera cuestión, que surge en el XIX, es la conflictividad social (asociacionismo, huelgas..., etc.), de la que también se conserva una documentación muy importante.

    4. Repercusión local de los problemas internacionales.

    A los problemas de carácter económico, sanitario y social que podríamos considerar de política interior, hay que añadir los de defensa y hacienda que, sin dejar de tener graves repercusiones en el país, están estrechamente vinculados a la orientación de la política exterior de los sucesivos gobernantes.

    En España, ya por su papel hegemónico en los siglos XVI y XVII, o en el de potencia secundaria en el XVIII, XIX y XX, la preparación de la guerra y las secuelas de la misma afectaron grandemente a los habitantes de los pueblos y a la disponibilidad de sus recursos económicos. Series documentales, más o menos completas, reflejan las vicisitudes de levas, sorteos y quintas, a las que se acudía para reclutar tropas, así como el alojamiento y manutención in situ de las que se desplazaban, pasando desde la formación de milicias a la creación de un ejército permanente. A esta sangría de hombres, que suponían los menesteres militares, hay que añadir el control de las poblaciones extranjeras con cuyos estados se estaba en guerra. Y no menos importante es la cría caballar, elemento de transporte y arma de ataque básica, que tan amplia cabida tienen en la documentación conservada en los municipios.

    Los costos de estas guerras en particular y de la política exterior en general alcanzaron cifras astronómicas que repercutieron negativamente en los pueblos por una doble vía: El patrimonio municipal se vio seriamente afectado, en el momento de su consolidación (del XV al XVIII), por la hipoteca que supuso la imposición de censos sobre bienes de propios y comunales; y a finales del XVIII y principios del XIX, por su venta para allegar recursos. A esta petrificación primera y ulterior expoliación de los bienes concejiles, hechos con el objetivo de paliar los apuros financieros del Estado, hay que añadir una presión fiscal que recaía directamente sobre la población, que tuvo que hacer frente a innumerables arbitrios, donativos, repartimientos y rentas reales, aparte de la renta decimal y territorial, para cuyo pago eran insuficientes los pocos recursos disponibles. De todo ello da testimonio la documentación municipal que nos brinda sobrados datos para entender cómo las grandes cuestiones internacionales afectan al hombre sencillo y anodino de nuestros pueblos; y cómo sus vidas se vieron alteradas por las decisiones gubernamentales.

    Por consiguiente, tanto la problemática nacional como la internacional, se refleja en la documentación que conservan nuestros archivos locales porque, conscientes o no de ello, los pueblos, por muy pequeños que sean, no pudieron, ni pueden sustraerse a la inevitable espiral de la política del Estado.