LOS ZOMBIS NO DEVORADORES DE CEREBROS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

30.10.2014 19:40

                Los zombis han conseguido una muy notable popularidad más allá de estas fechas de Halloween, y el cine y la televisión han consagrado a los terribles muertos vivientes devoradores de cerebros en nuestra cultura popular.

                Asociados al terror puro y duro, los zombis se desvinculan de su raigambre haitiana, la del vudú, un culto afroamericano que Roger Bastide caracterizó más como religión de la alegría que del pánico. Los zombis o diablesas eran personas completamente poseídas por las deidades, inducidos a realizar actos terribles por las sectas rojas, grupos de adoradores de los vodum fo o espíritus divinos.

                            

                Relacionado con cultos como el de la santería cubana, el vudú ha sido históricamente la adaptación de la religión de pueblos africanos como los de Abomey a la América colonial, marcada en territorios como el Santo Domingo francés por la extensión de la esclavitud negra. Los esclavos se refugiaron como medio de resistencia en sus creencias, sincretizándose algunas con elementos católicos.

                El vudú distinguió entre los citados vodum fo, los zaca o espíritus propiciadores de la fertilidad de los campos, y los genios de la muerte o guedés, propios de la casta de los enterradores de Abomey, finalmente conquistada por los fon, que no titubearon en venderlos como esclavos a los tratantes europeos.

                Se afirmó el culto a los muertos, los venerables antepasados, con los que se entraba en contacto a través de bailes rituales y entrando en trance, entendiéndose así el aspecto tétrico de una religión de alegría, la del reencuentro con los ancestros y con la personalidad más auténtica. La insurrección de los esclavos del Santo Domingo francés, origen del Haití independiente, fue acompañada de una reivindicación del vudú.

                Tras su afirmación antillana a comienzos del siglo XIX, el vudú pasó a otra área de la antigua América francesa, la Luisiana, que de española pasó a estadounidense por las mismas fechas. El vudú y sus zombis comenzaron una nueva singladura que los llevaría muy lejos de sus orígenes prístinos.