NERÓN RECONSTRUYE ROMA TRAS EL INCENDIO. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

16.01.2015 19:39

                

                Un gran incendio asoló Roma en el 64 de nuestra Era. En El Palatino se quemaron las lujosas residencias alzadas en tiempos de Tiberio y Calígula. Muchos barrios quedaron reducidos a cenizas y escombros. La desolación hizo presa entre los habitantes de la gran urbe. Los cristianos fueron acusados del incendio, sufriendo horribles suplicios.

                Nerón, de tan mala fama en la posterioridad, cobijó a los damnificados en sus magníficos jardines y planificó una ciudad que evitara los hacinamientos y limitara la altura de las insulae o bloques de edificios. Dados sus límites, la capital del Imperio había crecido verticalmente. En las colinas del Quirinal, Viminal y de la Suburra los barrios eran muy populosos

                Se apostó en la reconstrucción más por la domus de corte más tradicional, dotada de un atrium. Alzó grandes inmuebles con notables fachadas y balconadas destacadas que daban a calles más anchas y diáfanas. Los nuevos edificios se construyeron con ladrillos revestidos de cemento.

                Sobre la actuación de Nerón en esta cuestión así se expresó Suetonio:

                “Trazó un plan nuevo para la construcción de edificios en Roma, e hizo elevar a su costa pórticos delante de todas las casas, con objeto de que se pudiese atajar los incendios desde lo alto de las plataformas. Tenían también el propósito de prolongar hasta Ostia las murallas de Roma y hacer llegar el mar a la ciudad por medio de un canal.”

                En esta Ciudad Nueva Nerón se reservó un espacio para sus jardines. Enlazó su Casa de Oro con los jardines de Mecenas en el Esquilino. En el centro de la depresión donde se alzaría el Coliseo, ordenó excavar un gran lago que rodeó de pueblos, bosques y pastos como si estuviera fuera de la ciudad en un entorno idílico.

                Nerón se quedó para su placer con una parte considerable del terreno de Roma. En el 68 fue destronado y su parque de la Casa de Oro fue desmembrado. Sin embargo, sus normas urbanísticas dejaron de ser aplicadas sistemáticamente. Algunos dijeron que las calles anchas expuestas al sol sólo provocaban epidemias. El extravagante Nerón con sus gustos bucólicos no agradó a muchos especuladores urbanos.

                La Casa de Oro o Domus Aurea.