04.07.2021 11:01
“El primer aviso que añadió confianza a Otón le vino del Ilírico, diciéndole que las legiones de Dalmacia, de Panonia y de Misia le habían jurado fidelidad. Lo mismo se entendió después de Hispania, y por un edicto fue loado Cluvio Rufo: mas se averiguó luego que Hispania se había vuelto en favor de Vitelio.
(…)
“En ninguna parte había rastro de afición ni de fe: todos se mudaban al uno o al otro bando, según aconsejaba el temor y forzaba la necesidad.
(…)
“Repartidos así los ejércitos y las provincias, no podía Vitelio sin guerra conquistar la fortuna del principado. En contrario, Otón como si gozara de una segura paz, hacía oficio de emperador, dando expedición a muchas cosas conforme a la dignidad de la república, y solicitando otras contra lo honesto, por acomodarse a los tiempos.
(…)
“Con la misma liberalidad procuraba ganar los ánimos de las ciudades y de las provincias, permitió a los de Hispalis y Augusta Emerita el añadir algunas familias nobles al cuerpo de sus repúblicas, con apellidos de linajes antiguos; a los ilercavones en general hizo ciudadanos romanos, y a la provincia bética hizo merced de las ciudades de los mauros.”
Tácito, Historias. Edición de Carlos Coloma, Buenos Aires, 1944, pp. 51-52.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.
