RAZONES DE NUESTRA ERA DE LA VIOLENCIA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

11.07.2023 12:36

               

                ¿Qué llevó a los españoles, cada uno por su lado, a cometer el holocausto español? Generalmente, se culpa a las pasiones políticas de ello, en un tiempo de gran violencia en el mundo.

                Sin embargo, los españoles no habían tomado parte en la Gran Guerra, que deshumanizó a muchos jóvenes y torció la vida de demasiadas personas, y en los años veinte eran perceptibles los frutos de su nuevo esplendor cultural, de su Edad de Plata que rindió cumplido homenaje a Góngora. La II República llegó sin las brutalidades de una guerra civil.

                El horror de 1936 no era inevitable, pero sucedió, por circunstancias que fueron más allá del cálculo estratégico de algunos militares y políticos. A nuestro modo de ver, dos grandes corrientes sociales, de profundidad, enquistaron más todavía las discrepancias políticas.

                España combatió, desde 1895, en dos grandes guerras: la tercera de Cuba (con su colofón estadounidense) y la de Marruecos. En ambas se movilizaron notables efectivos humanos. La crueldad fue notable en las dos, con empleo de métodos durísimos. En Cuba se insinuó la Legión, finalmente cristalizada en Marruecos. Muchos soldados contemplaron los horrores de la barbarie, y entre más de uno se extendió el consumo del hachís en Marruecos. Algunas campañas de la Guerra Civil y de la Posguerra tendrían cierto toque colonial, esta vez en la Península.

                El impulso de la urbanización estaba sentando las bases de una sociedad distinta, más reivindicativa y menos conforme con la aceptación de las jerarquías y los valores tradicionales. Con mayor o menor parsimonia, la novedad llegaba de la gran ciudad a la modesta localidad con su casino, instituto de bachillerato o círculo obrero, y en sus plenos municipales se hablaba y discutía de temas de alcance nacional con la ayuda de la prensa. Esta nueva España pugnaba por sentar sus reales, con apartar a la vieja, pero su venida al mundo se hizo con una asistencia al parto raquítica. En medio de la Gran Depresión, el Estado republicano careció de cobertura contra el desempleo y otros instrumentos de cohesión social.

                 Sin tales lenitivos, los problemas se abordaron con creciente brusquedad, y a los pacíficos le ganaron la partida los violentos, una minoría según el general Rojo, pero lo suficientemente activa como para abrir las puertas del infierno.

                Para saber más.

                Paul Preston, El holocausto español. Odio y exterminio en la Guerra Civil y después, Madrid, 2011.