SER CONDE A CAMBIO DE DINERO. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

03.05.2022 08:21

 

                Los equilibrios del imperio español fueron muy delicados, pues no siempre se dispuso ni de los recursos ni de las fidelidades oportunas para enfrentarse a demasiados desafíos. Con una Corona de Castilla cada vez más exhausta, los gobiernos de los Austrias menores se fijaron cada vez en la Corona de Aragón y en otros territorios.

                La guerra de Mantua (1628-31) consumió muchas energías, al considerarse la plaza de Casale esencial para garantizar la ruta entre Barcelona y Viena en plena guerra de los Treinta Años. En la Corona de Aragón se impuso una leva en 1631, pero sus gastos fueron abultados.

                A los mismos contribuyó con 70.000  reales de plata doble el caballero de la orden de Alcántara don Alonso de Loaysa Mejía. El castellano pretendía ganar de la corona un condado en Cataluña por sus servicios pecuniarios. De hecho, ya había ofertado dos donativos más al rey por valor de 3.000 ducados.

                Los propósitos de don Alonso y del destino del dinero distaron de cumplirse. A 31 de mayo de 1631, se reconoció en el Consejo de Aragón que el condado quizá se tuviera que sustanciar en el reino de Aragón o en el de Valencia. Tampoco los reales de plata doble sufragaron los salarios de la leva, pues su gente ya se había embarcado. En su lugar, su cantidad fue entregada por el tesorero general Gómez de Figueroa a los asentistas portugueses para aprovisionar el amenazado Flandes.

                Tales expedientes iban fallando, mientras la posibilidad de una guerra con Francia se hacía cada vez cierta. La corona, finalmente, no tendría más remedio que considerar la convocatoria de nuevas Cortes, por ingrato que le resultara.

                Fuentes.

                ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.

                Consejo de Aragón, Legajos. 0070.