UN PILOTO BARCELONÉS EN LA FUERZA AÉREA RUSA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

02.03.2022 15:44

               

                El siglo XX trajo enormes avances a la Humanidad junto a guerras de proporciones terribles. Los combates también se libraron en los cielos y la aviación se convirtió en uno de los elementos más característicos de la nueva manera de luchar.

                Durante la Primera Guerra Mundial, los aviones no tuvieron todavía la importancia alcanzada en la Segunda, pero ya comenzaron a desplegar sus poderes. España no se quedó al margen de la aeronáutica militar, datándose sus comienzos en 1910-11. Sin embargo, los rusos llevaban desarrollándola desde el ocaso del siglo XIX por distintos medios. Antes de la Gran Guerra, el Servicio Aéreo Imperial de Rusia ya había probado vuelos sobre el Ártico y disponía de una flota de 264 aviones y 14 aeronaves, mayoritariamente de producción francesa. No obstante, contó con el primer bombardero, el multimotor Iliá Múromets.

                A comienzos de 1916, el alto mando ruso pensó emplear su aviación en el área del mar Negro, contra objetivos turcos y submarinos enemigos, mientras los alemanes proseguían ganándoles por la mano. En este momento, el barcelonés Pedro Antonio Capdevila pensó en ser piloto de la fuerza aérea rusa.

                El 29 de diciembre de 1915, se dirigió a la embajada española en Petrogrado (la San Petersburgo de antes de la Guerra y la posterior Leningrado) para cursar la petición, dada la neutralidad española. El interesado no deseaba incurrir en la pérdida de la nacionalidad española. Además, de incorporarse, debía hacer un cursillo en la escuela de aviación.

                El 25 de febrero de 1916 se trató su caso, al fin y al cabo el del servicio militar de un súbdito de una potencia neutral. Según el convenio de La Haya de 1907, no conservaría su nacionalidad, si no se deseaba comprometer a la misma España en el conflicto. Su petición fue, pues, desestimada, pero su espíritu inquieto quedó consignado en los documentos de la administración del Ministerio de Exteriores.

                Fuentes.

                ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL.

                Ministerio de Exteriores, H, 3142, Expediente 28.