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ino, conquistando los cruzados la misma Constantinopla.                 A partir de 1204, se formaron tres grandes Estados francos: el del imperio latino de Constantinopla, el reino de Salónica y el principado de Acaya. Los griegos, a
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ibérico alentó una serie de procesos latentes en la sociedad china.                 En 1375 el gobierno imperial reimplantó el uso del papel moneda, que tanto llamó la atención de Marco Polo. Los billetes ocuparon una posición s
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as Américas. Descontentos con las políticas conciliatorias de Jacobo I y de su hijo Carlos I en lo religioso, estos fanáticos protestantes huyeron del yugo del faraón en pos de su Tierra Prometida.                 En 1620 desembarc
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a su heredero Eduardo, el llamado Príncipe Negro por su distintiva armadura.                 En Bayona atendió la petición de ayuda del destronado rey de Castilla Pedro I, que le prometió el señorío de Vizcaya y Castro Urdiales.
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EL SIMBOLISMO DE LAS ARMAS DEL CABALLERO. Por Víctor Manuel Galán Tendero. 11.12.2014 06:58                   Ramón Llull en su Libro del orden de caballería , datado en 1276 por el padre Antoni R. Pasqual, nos brinda una bella s
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ZA CONTRA LAS LEYES DE INDIAS. 30.09.2021 08:15                   “Tantas cosas escribieron a Gonzalo Pizarro muchos conquistadores del Perú, que lo despertaron allá en los Parcas, donde estaba, y le hicieron venir al Cuzco que de
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co el 23 de enero de 1516 la autoridad de la monarquía peligró en Castilla, y el cardenal Cisneros fue el encargado de preservarla hasta la llegada del joven Carlos I desde los Países Bajos. En aquel tiempo se hizo más que evidente el descontento
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en su retaguardia, el de su emirato, aplicando con tanta sencillez como energía la ley islámica, la sharia. Han desarticulado los débiles resortes del Estado afgano patrocinado por la OTAN, acabando con sus maestros e imponiendo sus orientadores.
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e nuestro tiempo. Las obras interminables lo cercan, como a demasiados conductores, y el calor sube. No aguanta más. Abandona su automóvil en medio del atasco y decide marchar a su casa con su maletita. Es un Ulises del que reniega una exhausta Pen
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